"El
panorama se parecía por momentos al de una película bélica en la que, tras
haber repelido un asalto a las trincheras, los soldados heridos esperaban la
llegada de los sanitarios recostados contra la pared, algunos tendidos en el
suelo, otros con la cabeza ensangrentada entre las manos; la mayoría, si no
todos, encogidos por el arrepentimiento."
Ya falta menos para ayer