"Tal vez fue que alguna de aquellas sentencias se nos antojó una verdad incontrovertible, o simplemente que teníamos una edad en la que ciertos estímulos podían desencadenar necesidades imperativas. El caso es que esa noche después del concierto estábamos tan entusiasmados que no encontrábamos el momento de acostarnos, y mientras esperábamos la llegada del sueño,
Ya falta menos para ayer
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